El cuarteto más vaporoso se desarrolla en un lujoso baño. Mientras las jabonaduras se retuercen, la química se enciende. Los cuerpos lujuriosos se entrelazan, exploran las manos, saborean las bocas. El agua en cascada por el deseo palpitante, su éxtasis compartido resuena a través de la habitación llena de vapor. Esta no es una noche de baño ordinaria.